Me levantaba cada mañana y me observaba en el espejo, maquillaba mi rostro... y maquillaba mi alma, no me gustaba que nadie se diera cuenta de lo que sentia, mucho menos cuando esto que sentia era un sentimiento triste, vacío y negativo.
Algunos lo llaman soledad; aunque la verdad yo no sé cómo se llama pues estaba acompañada y sola al mismo tiempo.. tan cerca y tan lejos. Dicen la soledad no es buena compañera, pero para mí ha sido la mejor de las amigas; no critica, ni se enoja, no te rechaza, ni te ofende, te deja actuar mientras te observa, lenta y meticulosamente. Te da todo el tiempo del mundo y nunca está cansada, siempre te recibe a cualquier hora y nunca pone horarios para ti. Te deja desahogar todas tus penas, y muchas veces te da consejos, no te fuerza a nada que no quieras, y siempre tiene una sonrisa para ti. Pero hay que saber tratarla, porque muchas veces puede llegar a ser muy traicionera, rencorosa, amarga y vengativa, cuando solo la queremos por conveniencia o la buscamos por despecho.. Salúdala, escúchala, respétala y quiérela pero nunca, nunca le entregues tu corazón.
Recordando un tiempo que no lo sentia esa soledad, por el contrario, me sentía plena y completa, era el tiempo en el que era princesa. Pero ese tiempo pasó. Paso sin darme cuenta y de pronto me sorprendo aquí... una princesa sin su rey…
Intento recordar un cachito de lo que fui y de lo en este presente soy. No es tristeza lo que está en mi cabeza, ni estres, nada por el estilo, sólo sé que no deseo continuar aquí donde estoy parada, sigo sosteniendo mis pies sobre la tierra, demostrándome que aún tengo un largo camino por recorrer en este largo trayecto, para poder alcanzar todo lo que deseo, sin desesperar...
Los caminos de la vida, son sólo para fortalecerme, saber hasta dónde puedo llegar... ¡Y dónde debo decir basta! Prefiero pensar que ese día de rendirme y decir basta, jamás llegará, prefiero caminar, hasta que mis pies sangren de tanto recorrido... Pero nunca desistir; no viendo hacia atrás, pero sin olvidar lo que fui y lo que tengo... Porque sin duda no soy ni un cachito de lo que antes era, ahora soy una persona consciente de lo que hace, una persona que intenta cambiar cual cosa le inquiete y le angustie.
Aunque a veces la tristeza no se puede evitar, pero esa es una forma de sentir que aún sigo viva, que puedo sentir, y me hace pensar que estoy más viva que ningún otro día...
Aunque a veces la tristeza no se puede evitar, pero esa es una forma de sentir que aún sigo viva, que puedo sentir, y me hace pensar que estoy más viva que ningún otro día...
No hay comentarios:
Publicar un comentario